jueves, 6 de febrero de 2014

La desgracia de los poderosos

Autor: María Alejandra González Duarte


Érase una vez una familia de huevos que se hacía llamar "los poderosos". Un día, hicieron un viaje familiar a un país llamado Encantia; en  ese país, había una diversidad de cosas para hacer, como ir al parque de diversiones, a la playa, a patinar, a comer, etc. En ese viaje, toda la familia se enfermó, entonces se tuvieron que quedar más días.

Días después, ya estaban en su país celebrando la navidad. En ese día, la mamá Huevo preparó una rica comida; entre esas estaba el pollo relleno y el capón. Después de comer, se repartieron los regalos y cada uno recibió cinco. Mamá Huevo siempre les decía que tenían que tener cuidado con los humanos porque eran unos seres malvados, capaces de hacer cosas muy feas. 

Después de pasar todas las celebraciones, los niños entraron al colegio. Ellos se iban a pie porque la casa les quedaba cerca; cuando se terminó el colegio, los niños salieron, pero no se dieron cuenta de que su hermano menor no iba con ellos. 

Cuando Huevito Menor iba por su casa, un humano lo secuestró. Él iba muy asustado porque no sabía qué le iban a hacer. Cuando iba con el humano, recordó lo que su mamá le había dicho y se asustó  más.  

El humano lo torturó y después lo echó en una cacerola, lo fritó y se lo comió. Cuando la familia se dio cuenta de que Huevito  Menor no estaba, se preocuparon mucho y comenzaron a buscarlo. Después de muchas horas de búsqueda, llegaron a pensar que el huevito estaba muerto. Días después encontraron su ropita de cascarita en un basurero. La familia quedó muy lastimada después de ese suceso y juraron que nunca se iban a separar. 




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